Los incendios forestales han dejado de ser un problema exclusivo de los bosques remotos. Pacific Palisades y Altadena cerca de Los Ángelescreando un humo tóxico repleto de sustancias químicas nocivas. Desde viviendas y vehículos hasta plásticos y materiales de construcción, el combustible de los incendios forestales urbanos desata un peligroso cóctel de contaminantes que puede suponer riesgos significativos para la salud humana.
Humo de incendios forestales urbanos: No es un contaminante ordinario
Cuando se producen incendios forestales en las ciudades, los materiales quemados liberan mucho más que hollín y cenizas, que son una mezcla de partículas de todos los tamaños compuestas de distintos materiales.
La vegetación, los vehículos, los plásticos y los materiales de construcción quemados producen partículas y diversos compuestos tóxicos, entre ellos compuestos orgánicos volátiles (COV) y metales como el plomo y el arsénico.
Investigadores del sur de California descubrieron que las PM2,5 (partículas de 2,5 micras de diámetro o menos que pueden penetrar profundamente en los pulmones y entrar en el torrente sanguíneo, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares) procedentes de incendios forestales urbanos son hasta 10 veces más perjudiciales para la salud humana que las PM2,5 procedentes de otras fuentes de contaminación (1).
¿Por qué es tan tóxico el humo de los incendios forestales urbanos?
El humo de los incendios forestales urbanos es más peligroso que el de los incendios forestales debido a la variedad de materiales quemados. Las casas, los coches y las infraestructuras liberan compuestos tóxicos como:
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP): Se sabe que causan cáncer y dañan el sistema inmunitario.
- Dioxinas y furanos: Subproductos de la combustión de plásticos y otros materiales, relacionados con problemas reproductivos y de desarrollo.
- Metales pesados: Materiales como el plomo, el arsénico y el cromo se liberan cuando se queman metales y pinturas, lo que plantea riesgos de enfermedades neurológicas y cardiovasculares.
El humo persistente de los incendios forestales urbanos se mezcla con otras partículas contaminantes, amplificando los riesgos para la salud a largo plazo.
Las PM2,5 procedentes de incendios forestales son hasta 10 veces más perjudiciales para la salud humana que las PM2,5 procedentes de otras fuentes de contaminación.
Efectos del humo de los incendios forestales urbanos sobre la salud
El humo de los incendios forestales urbanos puede ser perjudicial para la salud tanto de forma inmediata como a largo plazo:
- Efectos a corto plazo incluyen tos, irritación de garganta, dificultad para respirar y picor de ojos.
- Efectos a largo plazo de la exposición crónica pueden incluir enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, cáncer de pulmón e incluso problemas neurológicos.
Las poblaciones vulnerables, como niños, ancianos, embarazadas y personas con enfermedades preexistentes como asma o cardiopatías, corren un riesgo aún mayor.
Efectos sobre la salud mental
Los incendios forestales no sólo afectan a la salud física, sino también a la mental. Los habitantes de las zonas afectadas por los incendios presentan tasas más elevadas de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT), que pueden persistir durante años (2). El estrés provocado por el desplazamiento, la pérdida de propiedades y la exposición continuada a la mala calidad del aire contribuyen a estos efectos a largo plazo.
"Los incendios forestales urbanos desatan compuestos tóxicos que siguen planteando riesgos para la salud mucho después de que las llamas hayan desaparecido".
Por qué es difícil predecir el humo de los incendios forestales urbanos
La química del humo de los incendios forestales urbanos es muy compleja y depende de varios factores:
- Qué se quema: Diferentes materiales, como árboles, vehículos o edificios, liberan una amplia gama de contaminantes, desde compuestos naturales hasta sustancias químicas tóxicas.
- Cómo arde: Las temperaturas más altas producen contaminantes secundarios más nocivos como ozono.
- La distancia que recorre el humo: La luz solar y otros contaminantes pueden alterar la composición del humo de los incendios forestales a medida que se dispersa.
Los investigadores descubrieron que el humo de los incendios forestales urbanos contiene hasta thasta 1.000 veces más compuestos tóxicos que el humo de los incendios de vegetación natural, lo que subraya los peligros de los incendios urbanos.
Efectos persistentes tras la disipación del humo
Incluso después de que el humo haya desaparecido, los contaminantes nocivos suelen permanecer en el medio ambiente. Las cenizas de los incendios forestales urbanos pueden contaminar el suelo y el agua con HAP y metales pesados, mientras que los compuestos tóxicos pueden permanecer en los hogares durante semanas o incluso meses (3).
Un estudio realizado tras el incendio de Marshall de 2021 en Colorado encontró altos niveles de HAP en la ceniza y COV en muestras de aire interior, ambos relacionados con problemas respiratorios, de desarrollo y de salud reproductiva. También se encontraron contaminantes tóxicos en el agua del grifo de las viviendas cercanas (4).
Cómo protegerse del humo de los incendios forestales urbanos
Tanto si vive cerca de una zona de incendios activos como si se ve afectado por el humo de incendios forestales transportado por el viento, puede tomar medidas sencillas para proteger su salud:
- Manténgase informado: Utilice un monitor de calidad del aire o aplicación para seguir los niveles de PM2,5 en tu zona.
- Utiliza una mascarilla al aire libre: Utilice una mascarilla correctamente ajustada para filtrar las partículas nocivas.
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Cree un ambiente interior limpio:
- Utilice un purificador de aire de alta eficiencia en las habitaciones de uso frecuente.
- Selle puertas y ventanas para impedir la entrada de aire exterior.
- Evite molestar a las cenizas: Cuando limpie la ceniza, utilice gafas, guantes, camisas de manga larga, pantalones largos y zapatos. Rocíe ligeramente la ceniza con agua y después barra suavemente con una escoba o una fregona húmeda. No utilice sopladores de hojas.
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Prepárese para la temporada de incendios:
- Instale filtros HEPA en su sistema de climatización.
- Abastézcase de mascarillas y asegúrese de tener preparados suministros de emergencia.
Para llevar
El humo de los incendios forestales urbanos no es sólo un inconveniente, es una amenaza tóxica para la salud pública que requiere atención y acción. Protegerse a sí mismo y a su familia implica mantenerse informado, mejorar la calidad del aire interior y tomar medidas proactivas durante la temporada de incendios forestales.
A medida que los incendios forestales urbanos se hacen más comunes debido al cambio climático, es fundamental abogar por medidas de prevención de incendios más estrictas e invertir en tecnología que pueda controlar y mitigar la contaminación del aire. Juntos podemos construir comunidades más sanas y resistentes.
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