La reputación de Pekín de sufrir una de las peores contaminaciones atmosféricas del mundo es ampliamente conocida, gracias a su historial de episodios de contaminación que han sido noticia.

Sin embargo, un análisis más profundo de los datos y tendencias de la calidad del aire de la ciudad revela un futuro esperanzador.

A finales de 2019, IQAir AirVisual publicó "State of the Air: 2008 to August 2019", un análisis de los datos de calidad del aire de Pekín desde que comenzaron los registros de monitorización.

Entre sus conclusiones:

• Pekín está en camino de reducir las PM2,5 en casi un 20 % en 2019 en comparación con 2018, y en casi un tercio desde 2017
• Es probable que Pekín salga de las 200 ciudades más contaminadas del mundo en 2019 o en los años siguientes

Descargue este informe sin precedentes de la Calidad del aire de Pekín el enlace de descarga está en la sección "Análisis y estadísticas de la calidad del aire de Pekín".

¿Qué debo saber sobre la calidad del aire de Pekín?

Pekín, ciudad de más de 21 millones de habitantes situada en el noreste de China, ha acaparado los titulares sobre la calidad del aire en la última década debido a sus alarmantes niveles de contaminación atmosférica.

Desde el año 2000, la población de la ciudad se ha cuadruplicado, trayendo a millones de chinos, en su mayoría jóvenes, a buscar fortuna en una de las principales potencias económicas mundiales de las últimas décadas.¹

Y con este auge demográfico han aumentado muchas fuentes humanas de contaminantes atmosféricos, como fábricas, construcciones residenciales y comerciales, y un exceso de automóviles que siguen emitiendo diariamente a la atmósfera muchas toneladas de gases de escape.²

Pero no toda la mala calidad del aire de Pekín está relacionada con causas humanas (también llamadas antropogénicas). De hecho, casi la mitad del ozono medido en la ciudad procede de otras ciudades de la región, y la acumulación de contaminantes en el aire creados por la quema de madera y carbón como combustible durante los fríos meses de invierno por las inversiones térmicas y la alta presión sobre la ciudad pueden empeorar exponencialmente la calidad del aire de la ciudad en cuestión de días.³

Los problemas de calidad del aire de Pekín salieron a la luz pública en 2008, cuando la ciudad acogió los Juegos Olímpicos de Verano de 2008 y gastó nada menos que 40.000 millones de dólares para reducir la contaminación atmosférica en el área metropolitana de Pekín con el fin de mantener la elegibilidad para albergar los juegos.⁴

La ciudad lo consiguió, pero los problemas de calidad del aire de Pekín volvieron a su punto álgido en 2013, cuando la ciudad se vio asolada por una mortífera ola de espesa niebla tóxica; la contaminación era tan grave que, en ocasiones, la calidad del aire de la ciudad se registró simplemente como "fuera de serie".⁵

Desde entonces, los gobiernos de Pekín y China en su conjunto han gastado miles de millones para reducir la contaminación atmosférica cerrando fábricas y limitando el consumo de carbón a niveles manejables.^6,7

Como resultado, Pekín ha desaparecido en gran medida de la lista de las ciudades más contaminadas del mundo; aunque la ciudad sigue luchando con problemas de calidad del aire, Pekín ha recuperado su reputación en todo el mundo como ejemplo de cómo combatir incluso los peores casos de calidad del aire y ha sentado un precedente para que otras grandes zonas urbanas resuelvan sus propios problemas crecientes de calidad del aire.