El incendio de la Amazonia se disparó a la parte superior de la agenda de la reunión de esta semana de las naciones más ricas del mundo gracias a su anfitrión, el presidente francés Emmanuel Macron, quien dijo que los incendios en los "pulmones" del planeta eran una crisis internacional. Pero, a medida que se desarrollaba una disputa personal entre Macron y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, Brasil sugirió airadamente que el G-7 tenía una mentalidad colonialista y estaba interfiriendo en la soberanía de Brasil. Mientras tanto, el Amazonas sigue ardiendo, produciendo un humo espeso que puede verse desde el espacio y que se suma a contaminación atmosférica mundial.

El número de incendios en el Amazonas este año ha sido uno de los más altos registrados, amenazando el vasto ecosistema, esparciendo un humo espeso que parece nubes del espacioy empeorando la calidad del aire en Brasil. Los incendios forestales no son infrecuentes durante la estación seca, y muchos son provocados deliberadamente por agricultores que quieren limpiar las tierras de cultivo existentes. Sin embargo, la agencia de vigilancia por satélite de Brasil también ha informado de un fuerte aumento de la deforestación hasta junio, lo que supone según los científicos los incendios.

La mayor parte de la Amazonia está en Brasil, y algunos culpan del aumento de los incendios de este año a su líder de extrema derecha, Jair Bolsonaro, acusándole de debilitar las protecciones medioambientales y fomentar la deforestación. Antes de llegar a la presidencia en enero, Bolsonaro dijo que abriría más tierras en la Amazonia al desarrollo empresarial y agrícola para impulsar la economía de Brasil.

La presión sobre Bolsonaro ha aumentado gradualmente. Miles de brasileños salieron a las calles en Sao Paulo y Río de Janeiro. A escala internacional, el Papa Francisco dijo a la multitud en la Ciudad del Vaticano que ese verde "pulmón de selva es vital para nuestro planeta", y celebridades como el actor ecologista Leonardo DiCaprio han publicado mensajes sobre los incendios.

La semana pasada, el presidente francés Macron acusó a Bolsonaro de mentir sobre su promesa de ayudar a combatir el cambio climático. Macron también amenazó con vetar un acuerdo de libre comercio entre los estados del Mercosur de Sudamérica y la Unión Europea que se acordó en junio tras más de 20 años de negociaciones. Francia ha sido durante mucho tiempo un país reticente al acuerdo porque quería proteger su industria agrícola de la competencia argentina y brasileña.

Macron incluyó entonces los incendios de la mayor selva tropical del mundo en la agenda del G-7, calificándolos de "crisis internacional."

Bolsonaro devolvió el golpe al presidente francés insultando a su esposa en Twitter. En reprimenda, Macron llamó a Bolsonaro una vergüenza para los brasileños. El presidente de Brasil dijo que Macron estaba tratando a la región como una colonia.

El lunes, los líderes de las siete naciones más ricas y avanzadas reunidas en Biarritz, al suroeste de Francia, prometieron 20 millones de dólares para combatir los incendios, diciendo que era vital proteger los bosques amazónicos por el bien del mundo. Los países del G-7 son Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.

Pero el gobierno brasileño respondió que esta oferta reflejaba la hipocresía de las naciones industrializadas. El dinero es "tal vez más relevante para reforestar Europa", el jefe de gabinete de Bolsonaro dijo.

"Brasil es una nación democrática, libre, que nunca tuvo prácticas colonialistas e imperialistas, como tal vez sea el objetivo del francés Macron", dijo Onyx Lorenzoni.

En una referencia a un incendio que dañó gravemente la catedral de Notre Dame de París en abril, Lorenzoni añadió: "Macron ni siquiera puede evitar un incendio previsible en una iglesia que es Patrimonio de la Humanidad, ¿y quiere enseñar a nuestro país qué?"

El martes, Bolsonaro dijo que Brasil solo aceptará la oferta de ayuda del G-7 si Macron se retracta de los comentarios ofensivos contra él.

Por separado, el Reino Unido ha prometido 12 millones de dólares y Canadá 11 millones para ayudar a combatir los incendios.

Greenpeace, al tiempo que acusa al gobierno de Bolsonaro de hacer pedazos la política medioambiental de Brasil, también ha culpado a las propias naciones del G-7.

"Francia y otros países desarrollados son responsables de la grave situación de la Amazonia a través de sus economías y su contribución a la deforestación importada, alimentada por políticas públicas mal diseñadas en sectores como la agricultura, la madera y las bioenergías", dijo el director ejecutivo de Greenpeace Francia, Jean-François Julliard, en un comunicado. declaración antes de la cumbre.

Mientras tanto, Bolsonaro sigue contando con el apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que fue el único líder del G-7 que no asistió a su reunión sobre el cambio climático.

"Está trabajando muy duro en los incendios del Amazonas y en todos los aspectos está haciendo un gran trabajo para el pueblo de Brasil", tuiteó Trump.