Una sala blanca es un entorno controlado con niveles muy bajos de partículas en suspensión. Suelen utilizarse para la fabricación de productos alimentarios, farmacéuticos, componentes informáticos y piezas de maquinaria. Dado que las salas blancas exigen mantener los contaminantes al mínimo, las normas sobre salas blancas pueden servir de guía para otros entornos ultralimpios. Los laboratorios, por ejemplo, pueden utilizar las normas de las salas blancas como guía para reducir los contaminantes en el aire.

La contaminación de las salas blancas puede dañar los productos, alterar los procedimientos y, a su vez, afectar a los beneficios potenciales. En un laboratorio, la contaminación puede afectar a los análisis, las muestras, la investigación y, en algunos casos, al balance final del laboratorio. La filtración del aire, los caudales y la dirección del aire, la presurización, la temperatura y la humedad son vitales para el éxito de una sala blanca o un laboratorio.

Normas para salas blancas

Las salas blancas cumplen las normas establecidas por la Organización Internacional de Normalización (ISO), un organismo mundial independiente y no gubernamental fundado en 1947. Las normas ISO se clasifican en función de la cantidad de partículas de tamaños específicos que existen por metro cúbico. Un factor crítico en la medición de partículas es la tasa de cambio de aire (ACR), que se refiere al número de veces que el aire exterior sustituye al volumen existente en un área por hora. Para determinar el ACR hay que tener en cuenta factores como el personal, el equipo y el vestuario.

Del mismo modo, los contaminantes proceden de diversas fuentes en un laboratorio, como la propia instalación (restos de aire acondicionado, pintura, materiales de construcción); el personal (piel, saliva, pelo, sudor y cosméticos); las herramientas (partículas de fricción, lubricantes, plumeros); y los fluidos (productos de limpieza, agua desionizada, bacterias, humedad, partículas flotantes).

Algunos de los factores clave para alcanzar los estándares más elevados en salas limpias son:

• Filtros HEPA: Para ser considerado un filtro HEPA según las normas del gobierno estadounidense, un filtro debe eliminar del aire el 99,97% de las partículas (de 0,3 micras de diámetro o más).
• Arquitectura: Para que un laboratorio imite las normas de calidad del aire de una sala blanca, la arquitectura de una sala debe impulsar el flujo de aire a una velocidad uniforme en líneas paralelas. Esto se denomina flujo de aire laminar.
• Control de la contaminación: Los procedimientos de limpieza varían de una sala blanca a otra, y también de un laboratorio a otro. La función del laboratorio ayudará a determinar los productos de limpieza, los procedimientos y la frecuencia.
• Filtración: Además de los filtros HEPA, las salas blancas utilizan múltiples formas de filtración que ayudan a eliminar las partículas de gases y líquidos.
• Ropa: La vestimenta depende de la finalidad de la instalación, aunque a menudo se utilizan guantes, mascarillas, batas, monos y cubrecabezas para mantener la seguridad del personal y la limpieza de la sala.

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