El amianto, antaño considerado un material revolucionario en la construcción de viviendas y en la industria, ha pasado a ser temido por su toxicidad, lo que ha provocado una alarma sanitaria pública que ha durado décadas. Debido a sus propiedades maleables, pero resistentes al calor y a la corrosión, antes era habitual encontrar amianto en casi todos los materiales de construcción, desde aislantes, plásticos, baldosas, adhesivos y tejas hasta los principales electrodomésticos.1
Aunque la normativa ha restringido en gran medida la mayoría de las aplicaciones del amianto, los edificios y la maquinaria más antiguos todavía contienen con frecuencia productos con un alto porcentaje de amianto, lo que hace que muchos se pregunten: ¿corremos yo o un ser querido el riesgo de estar expuestos?
Afortunadamente, dado que el amianto no se considera peligroso hasta que se perturba y las fibras quedan suspendidas en el aire en forma de PM2,5 o PM10, por lo general son las personas con ocupaciones relacionadas con estos materiales las que corren un mayor riesgo.
Una vez inhaladas, estas fibras pueden provocar numerosos problemas de salud, incluido el raro y agresivo mesotelioma.2 Dado que esta sustancia tóxica es la primera causa de cáncer ocupacional en EE.UU., es vital identificar qué industrias manipulan materiales que contienen amianto en sus tareas cotidianas y tomar o fomentar las precauciones adecuadas cuando se corre el riesgo de exposición.3
Mientras seguimos impulsando políticas globales progresistas, así como prohibiciones locales de este carcinógeno, nuestra mejor herramienta es la concienciación, para que la gente sepa cómo protegerse mejor. A continuación se destacan las ocupaciones de mayor riesgo y la forma en que estos trabajadores pueden entrar en contacto con el amianto.
1. Trabajadores de la construcción
La construccion ya tiene la reputacion de ser uno de los trabajos mas peligrosos debido al riesgo de lesion por el equipo pesado y las caidas; sin embargo, la exposicion al asbesto es otro factor importante. Esta industria es conocida por tener uno de los usos mas altos de materiales que contienen asbesto, que incluye el aislamiento, las tejas del techo, el cemento, y la baldosa, para nombrar algunos. Más de un millón de trabajadores de la construcción están expuestos anualmente a esta sustancia a través de proyectos de reparación y renovación.4 Con numerosos trabajos en riesgo, algunos de los más vulnerables son los equipos de demolición, los instaladores de paneles de yeso, los techadores, los trabajadores del cemento y los instaladores de tuberías.
2. Trabajadores de astilleros
Debido a las propiedades "milagrosas" del amianto, como su resistencia al calor y al fuego, esta sustancia se utilizó de forma prominente en todos los barcos, especialmente en los militares, para casi todos los aspectos de la construcción, desde las calderas y el aislamiento hasta la pintura de las paredes. Los veteranos de la Marina son especialmente vulnerables a desarrollar asbestosis o mesotelioma porque están potencialmente expuestos a materiales dañados o corroídos en un buque confinado durante largos periodos. Las personas que trabajan en este campo deben vigilar su salud, ya que los síntomas de la asbestosis o el mesotelioma pueden tardar entre 10 y 50 años en manifestarse.
3. Bomberos
El amianto representa una grave amenaza para la salud de los bomberos, ya que las llamas rompen los recintos de protección y los atributos de unión, liberando amianto en el aire. Aunque los bomberos suelen llevar equipo de protección para evitar la exposición, las fibras pueden permanecer en el aire incluso después de controlar el incendio, lo que provoca una falsa sensación de seguridad. Sólo en EE.UU. se produjeron más de 800.000 toneladas de amianto antes de 1973, por lo que cualquier edificio construido antes de 1980 corre el riesgo de contener la toxina.5
4. Mecánica
Los mecánicos corren un alto riesgo porque el amianto se ha considerado durante mucho tiempo un material ideal para las piezas mecánicas. Aparte de los equipos antiguos, los talleres de reparación no suelen estar bien ventilados, lo que provoca el riesgo de que se acumule polvo de amianto. También existe el riesgo de exposición a través de procedimientos de limpieza inadecuados, como limpiar el polvo y hacer que las fibras se transporten por el aire y se inhalen fácilmente. Es fundamental tener en cuenta estos factores, ya que muchos trabajadores desconocen que los productos que utilizan pueden contener amianto y, por tanto, no toman las precauciones adecuadas para proteger sus pulmones.
El mejor medio para protegerse del amianto es conocer el nivel de peligro presente en el aire. Como partícula invisible y sin olor, el amianto es particularmente problemático, ya que es imposible medir el nivel de amenaza sin las herramientas adecuadas para hacerlo. El monitor de calidad del aire AirVisual Pro es una herramienta excelente para identificar el nivel de partículas suspendidas en el aire e informar de las precauciones que deben tomarse en cada momento. Es fácil de entender, y los iconos codificados por colores transmiten los datos en términos sencillos para que todo el equipo pueda implicarse en la mejora de la calidad del aire.
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