Aunque los empastes dentales de amalgama contienen mercurio, las coronas dentales no. Mientras que los empastes se utilizan para rellenar las caries, una corona se utiliza para cubrir o "tapar" por completo un diente dañado. Además de fortalecer un diente dañado, una corona puede utilizarse para mejorar su aspecto, forma o alineación. Las coronas de porcelana, acrílico o cerámica pueden adaptarse al color de sus dientes naturales. Otros materiales son el oro y las aleaciones metálicas. Las coronas de acero inoxidable pueden parecer plateadas, pero en realidad están compuestas de cromo, níquel y hierro.

Los empastes de plata contienen mercurio

Por lo tanto, las coronas dentales no se consideran potencialmente tóxicas, mientras que los empastes dentales de amalgama sí. La amalgama que contiene mercurio se utiliza en odontología desde hace unos 150 años. Esto se debe a que la amalgama, que es una combinación de mercurio, estaño, cobre, zinc y paladio, es lo suficientemente duradera como para soportar los rigores de morder y masticar. Además, tiene un precio razonable, por lo que resulta asequible para la mayoría de las personas que necesitan tratamientos dentales. Se calcula que los dentistas colocan unos mil millones de empastes de amalgama al año.

Normalmente, esos empastes permanecen intactos hasta que hay un motivo para retirarlos o actualizarlos. Cuando se retiran los empastes o se trabaja en ellos, los dentistas taladran el diente. Al alterar el empaste, se liberan vapores y partículas finas de mercurio de la amalgama al aire. El mercurio, que es tóxico, se convierte entonces en un peligro contra el que las consultas dentales deben tomar precauciones.

Riesgos en el consultorio dental

Lo que quizá no sepas es que las coronas dentales, aunque no contengan mercurio, pueden seguir siendo peligrosas. A menudo, las coronas se colocan justo encima del empaste de amalgama ya existente. Puede dar la impresión de que, al cubrir el empaste, el mercurio queda de algún modo sellado. En realidad, el mercurio puede filtrarse desde el empaste hasta los nervios y vasos sanguíneos del diente. Desde allí puede extenderse al tejido nervioso y al torrente sanguíneo.

Los dientes necesitan coronas porque están dañados o cariados. Después de una endodoncia, los dentistas insertan un pequeño poste en el diente donde estaba la raíz.

Aproximadamente dos tercios de la longitud del poste descienden hacia la mandíbula. La parte superior sobresale por encima de la mandíbula y sirve de anclaje para la corona. La amalgama no sólo se utiliza para fabricar empastes. También se utiliza con frecuencia para fabricar los postes de las coronas, lo que supone otra fuente de mercurio.

Además de la exposición al mercurio, existen otros riesgos:

• bacterias de la piel exfoliada, que pueden provocar infecciones¹
• desinfectantes químicos, que pueden liberar COV en el aire²
• virus, como el VHB, el VIH y el VHC, así como virus respiratorios como el Covid-19³

Medidas que puede adoptar

Dado que los dentistas trabajan frecuentemente con amalgama, deben tomar precauciones contra la toxicidad del mercurio en la consulta. Algunos dentistas utilizan dispositivos de succión de alta potencia para mantener los dientes secos y eliminar los residuos, como las partículas de amalgama, durante los procedimientos. Algunos también utilizan sistemas especializados de gestión de residuos que ayudan a mantener el mercurio fuera del sistema de tuberías.

Los dentistas pueden ir aún más lejos en el control de los aerosoles infecciosos instalando un sistema de purificación de aire de alto rendimiento como el IQAir Dental Series con el accesorio FlexVac. El FlexVac es un dispositivo de aspiración extraoral y control de infecciones que puede controlar los posibles problemas de calidad del aire en su origen, filtrando contaminantes como:

• vapores de mercurio
• patógenos aerotransportados
• aerosoles de perforación
• bacterias
• virus
• olores desinfectantes
• polvo abrasivo
• compuestos orgánicos volátiles (COV)
  

Con estas precauciones, la seguridad en los consultorios dentales está un paso más cerca de conseguir que el sector sea más saludable. Mientras siga habiendo mercurio en las amalgamas, seguirá siendo necesario tomar precauciones.