Químicos de la Universidad Estatal de Ohio han tenido recientemente la oportunidad inesperada de examinar minuciosamente el contenido del polvo, y los resultados deberían interesar tanto a los usuarios de purificadores de aire como a los investigadores de la salud. Los químicos encontraron nada menos que 63 tipos diferentes de partículas que componían la muestra de polvo. Los científicos estaban probando un nuevo sensor de malla metálica diseñado para estudiar la mezcla de electrones y fotones, cuando el polvo obstruyó el dispositivo. Sólo entonces se dieron cuenta de que su equipo podía medir las partículas componentes del polvo. El ingrediente más común que encontraron fue material "orgánico", seguido de cuarzo y sustancias químicas artificiales, como la contaminación atmosférica, los fertilizantes y los materiales de construcción.

¿Qué tipo de material "orgánico"? Los investigadores no estaban seguros, pero prometieron un estudio de seguimiento. Mucha gente cree que el polvo de interiores contiene sobre todo células muertas de la piel. Pero, en realidad, los ácaros del polvo, la caspa de los animales domésticos, el polen, los virus y las esporas de moho son contaminantes biológicos del aire interior más comunes. Los purificadores de aire mecánicos son eficaces para eliminar cualquiera de ellos, pero, por supuesto, sólo si los contaminantes están suspendidos en el aire. Algunas partículas se depositan en las alfombras o la tapicería y no pueden ser eliminadas por un purificador de aire hasta que son expulsadas al aire por actividades como pasar la aspiradora o caminar sobre la alfombra.

Los ciclistas, por su parte, están preocupados por otro estudio reciente que indica que los ciclistas están expuestos al doble de carbono negro procedente de los tubos de escape de los vehículos que los peatones. El carbono negro es una forma de contaminación por partículas formada por la combustión de combustibles fósiles, y se relaciona con un mayor riesgo de cáncer, cardiopatías, alergias, asma y otras enfermedades respiratorias. Los investigadores tuvieron en cuenta otras posibles causas, como la edad, la distancia recorrida en bicicleta, la función pulmonar o incluso el tiempo dedicado al ejercicio. No son buenas noticias para los ciclistas urbanos, al menos hasta que alguien invente un purificador de aire que se adapte al manillar. Investigadores de la London School of Medicine dijeron al servicio de noticias Reuters que sugerían buscar rutas alternativas alejadas del tráfico.

Los niveles de carbono negro en las muestras de esputo de los ciclistas eran entre 2 y 3 veces superiores a los de los peatones. Los investigadores especulan que los ciclistas respiran más profundamente y más rápido que los peatones en el tráfico.