En 2014, los estadounidenses compraron 39 millones de televisores LCD, 89 millones de ordenadores y 152 millones de teléfonos inteligentes. Esos dispositivos electrónicos acabarán desechándose como residuos electrónicos (e-waste), incluyendo millones de toneladas de e-waste que acaban en vertederos cada año. Se trata de una pesadilla medioambiental y sanitaria de enorme magnitud. Para agravar el problema, los nuevos avances tecnológicos están acortando el ciclo de vida de los productos electrónicos.
Ni siquiera es seguro suponer que los productos electrónicos que se reciclan no estén contribuyendo al problema. Alrededor del 80% de los residuos electrónicos reciclados en Estados Unidos se cargan en buques portacontenedores con destino a China, Vietnam, Nigeria y otros países. Una vez exportados, los residuos electrónicos son recogidos por trabajadores que eliminan los metales tóxicos y otros componentes quemándolos o mezclándolos con sustancias químicas nocivas. Los trabajadores rara vez llevan equipos de protección.
¿Sabes qué hay dentro de tu aparato electrónico?
Aunque los productos electrónicos varían en su composición, incluso un producto pequeño como un teléfono móvil contiene hasta 1.000 componentes. Y muchos de estos componentes contienen materiales altamente tóxicos. Por ejemplo:
- Placas de circuitos y carcasas de plástico. Muchos de ellos contienen retardantes de llama bromados que pueden perjudicar la memoria y el aprendizaje y afectar negativamente a los niveles hormonales.
- Monitores. Los tubos de rayos catódicos (TRC) contienen plomo, cuya exposición puede provocar trastornos intelectuales y dañar gravemente los sistemas nervioso, sanguíneo y reproductor de los seres humanos.
- Pantallas planas. Estas nuevas pantallas utilizan mercurio, un elemento tóxico que puede dañar el cerebro y el sistema nervioso central.
- Baterías recargables de ordenador. Pueden contener cadmio, un elemento tóxico que daña los riñones y los huesos. El cadmio también puede encontrarse en interruptores y otros componentes.
- Carcasas y cables de plástico. Muchos contienen cloruro de polivinilo (PVC), un plástico clorado que es muy tóxico y produce compuestos tóxicos adicionales cuando se quema.
Lamentablemente, hasta el 60% de todos los residuos electrónicos de Estados Unidos acaban en los vertederos. Aunque algunos estados han prohibido tirar los aparatos electrónicos a la basura, otros no lo han hecho. Una vez en el vertedero, las sustancias químicas y los metales peligrosos de los residuos electrónicos pueden acabar filtrándose a las aguas subterráneas o a los arroyos y ríos cercanos. Si se incineran, pueden producir dioxinas muy tóxicas en el aire.
Aunque los índices de reciclado en Estados Unidos están aumentando, una parte importante de los residuos electrónicos reciclados se sigue exportando a otros países, enfermando a los trabajadores y a la población en general allí donde se desembalan los contenedores y se incineran sus elementos. Por ejemplo, un estudio de muestras de aire de una de las mayores zonas de procesamiento de residuos electrónicos del mundo, en China, halló niveles alarmantes de contaminantes tóxicos, incluidos metales pesados, en el aire.
Qué puedes hacer para ayudar
Cada persona puede influir uniéndose a la lucha contra la basura electrónica y trabajando por un medio ambiente más seguro para todos. He aquí algunas ideas:
- Apoya las leyes y a los legisladores que frenen las exportaciones de residuos electrónicos. Estados Unidos sigue siendo uno de los pocos países que no firmaron el Convenio de Basilea en 1992, que prohibió la exportación de residuos electrónicos. Inste a los legisladores estadounidenses a unirse a las otras 170 naciones que firmaron el pacto. Además, algunos estados como California han tomado medidas prohibiendo la exportación de residuos electrónicos, pero muchos otros no lo han hecho.
- Ayude a detener el vertido de aparatos electrónicos en los vertederos. Muchos estados de EE.UU. siguen permitiendo que empresas y particulares tiren aparatos electrónicos a la basura. Averigua cuál es la situación en tu estado y actúa si éste aún permite tirar los residuos electrónicos a la basura.
- Conozca a su reciclador. Haga preguntas a cualquier empresa de reciclaje que acepte sus residuos electrónicos. Muchos recicladores afirman saber adónde van a parar sus productos reciclados, cuando en realidad no es así. Consulte sitios como e-Stewards.org para encontrar un reciclador certificado cerca de usted.
- Compre menos y de forma inteligente. Pregúntese: ¿realmente necesita ese último aparato electrónico? Puede que lo que ya tienes, sea un teléfono, un ordenador o una videoconsola, ya satisfaga tus necesidades.
- Compre productos que cumplan la directiva RoHS. Siempre que sea posible, compra productos que cumplan la normativa RoHS (Restricción de Sustancias Peligrosas), desarrollada por la Unión Europea. Muchos estados ya exigen que los productos que se venden en su territorio cumplan estas normas que restringen el plomo, el mercurio y otros componentes tóxicos.
- Reutiliza y repara. A menudo, los ordenadores y otros aparatos electrónicos pueden repararse en lugar de desecharse. También puedes hacer un esfuerzo por comprar productos reacondicionados que funcionan como nuevos y además te ahorran dinero.
Si hoy tomamos medidas para reducir los residuos electrónicos, podremos contribuir a un medio ambiente más sano para todos en el futuro. Visite www.nrdc.org para saber más sobre el creciente problema de los residuos electrónicos y cómo formar parte de la solución.
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