¿Hasta qué punto es limpio el aire que respiramos?

Los gobiernos de todo el mundo controlan diligentemente la contaminación del aire exterior, lo que nos da pistas sobre lo que respiramos cuando estamos fuera, pero ¿qué pasa con los lugares que el gobierno no puede controlar? ¿Qué pasa con los espacios interiores donde pasamos el 80-90% de nuestro tiempo?

Imagínese lo siguiente: llega a casa del trabajo, se sienta en el salón y enciende su incienso favorito con la esperanza de poder relajarse después de un día estresante. Suena agradable, ¿verdad?

Puede que no. Según un estudio reciente realizado por Cohen (2013), el incienso podría estar causando una inflamación no deseada de tus pulmones. No es exactamente el alivio que estabas buscando.

Parece que no solo no somos conscientes de los contaminantes que generamos, sino que podemos estar causando inadvertidamente toda una serie de problemas de salud a nuestras familias. La Organización Mundial de la Salud calcula que más de 4,3 millones de muertes al año pueden atribuirse a diversas dolencias relacionadas con la contaminación del aire interior. Quizá asociemos con demasiada frecuencia la contaminación con el exterior, cuando deberíamos fijarnos más en nuestras propias casas.

La quema de incienso es la costumbre ceremonial más popular en las ceremonias religiosas de todo el mundo. Este hecho hace que los hallazgos de Pan et al (2014) sean preocupantes. El reciente estudio ha descubierto que existe una relación entre el uso prolongado de incienso y la mortalidad cardiovascular.

Para muchos, este hallazgo no es sorprendente. Estudios anteriores han revelado que el humo producido por el incienso tiene niveles de concentración de compuestos orgánicos volátiles y partículas similares a los del humo de los cigarrillos (Chuang et al. 2013) (Cohen et al. 2013). Mientras que estudios realizados in vitro (en un vaso/tubo) han demostrado que la exposición al humo del incienso puede tener efectos adversos en las células coronarias y pulmonares humanas (Lin L-Y et al. 2012) .

Aunque estos hallazgos son preocupantes, no podemos esperar que los usuarios de incienso dejen de usarlo; por lo tanto, he aquí algunos consejos para un uso más saludable del incienso:

1. Comprar incienso de alta calidad y bajo contenido en humo

2. Mantenga las ventanas abiertas, o al menos ventile la habitación
3. No quemes demasiado, la moderación es la clave