IQAir ayuda a Aaron Carroll, receptor de un doble pulmón, a respirar mejor

Para muchos de nosotros, nuestros primeros recuerdos son inocentes y felices. El primer recuerdo de Aaron Carroll es diferente: "Por aquel entonces, las cunas de los hospitales tenían barrotes metálicos. Mi primer recuerdo es el de mis manitas de niño pequeño en los barrotes mirando hacia la cuna del hospital".

Nacido en Phoenix (Arizona), a Aaron le diagnosticaron fibrosis quística cuando tenía seis meses y las visitas al hospital eran frecuentes.

Debido a esas jóvenes estancias en el hospital, hasta el día de hoy debe dormir con las luces encendidas. Y no cualquier luz: la luz fluorescente blanca y brillante que se utiliza en los hospitales.

"Estoy acostumbrado a ese tono", explica Aaron. "Es muy extraño".

Para la mayoría de la gente, la vida de Aaron Carroll se consideraría una desgracia, pero Aaron Carroll no está entre esas personas. A pesar de su lucha contra la fibrosis quística y otras enfermedades graves, se considera afortunado. Y ahora que IQAir le ha dado a Aaron el regalo de un aire más limpio, puede mirar hacia un futuro cada vez más brillante.

Fibrosis quística

La fibrosis quística es un trastorno genético que hace que la mucosidad natural de los órganos y tejidos del cuerpo se vuelva más espesa (1). Las complicaciones derivadas de esta enfermedad progresiva incluyen obstrucciones, infecciones e inflamación de las zonas afectadas.

Además de causar daños en el tubo digestivo, el páncreas y el hígado, la fibrosis quística afecta sobre todo a los pulmones, donde la mucosidad coagulada obstruye las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración y puede acabar provocando una insuficiencia respiratoria. La mucosidad también atrapa bacterias, lo que aumenta el riesgo de infecciones como neumonía o bronquitis (2).

La cicatrización de los pulmones, conocida como bronquiectasia, es una consecuencia conocida de la enfermedad, al igual que el neumotórax, que puede causar un colapso pulmonar parcial o total por el aire que se escapa del pulmón al espacio de la pared torácica (3).

Por desgracia, una vida con fibrosis quística puede estar llena de tratamientos médicos difíciles.

Una cuesta arriba

Alrededor de los 15 años, la enfermedad de Aaron empeoró y empezó a recibir "limpiezas", que son estancias en el hospital durante las cuales un paciente recibe antibióticos y tratamientos respiratorios varias veces al día, posiblemente junto con fisioterapia y otros cuidados (4).

En el caso de Aaron, estas visitas al hospital duraban entre dos y cuatro semanas.

"Estás en aislamiento al menos una vez al año", afirma. "Un año fui tres veces".

El camino se allana

Aaron recuerda que su función pulmonar mejoró en los últimos años de su adolescencia, pero las limpiezas seguían siendo una rutina anual.

A los 23 años, Aaron se reencontró con una joven, Tessia, a la que conocía desde que tenía cinco años. Dos años más tarde se casaron.

"Mi mujer lo es todo para mí", afirma Aaron. "Ha sido mi enfermera. Ha sido mi mejor amiga".

Aaron y Tessia han tenido dos hijos "increíbles".

La principal actividad de Aaron es la informática, que aprendió por su cuenta y ha llegado a dominar bastante. También le gusta coleccionar, y gestiona una comunidad de unas 20.000 personas entusiastas del arte CNC, que son piezas de acero mecanizadas convertidas en arte. Pero sus objetos favoritos son los coleccionables de Optimus Prime.

"Cada vez que me operaban o tenía que ir al hospital, mi madre me compraba un Lego o un Transformer como Optimus Prime. Ahora lo identifico como una fuente de fuerza".

Más obstáculos

Tras los dos primeros años de matrimonio, Aaron se vio obligado a depender de una máquina de oxígeno para respirar y de una silla de ruedas para desplazarse, pero aun así "disfrutó de una vida muy plena". Sin embargo, la progresión de la enfermedad acabó haciendo necesario un doble trasplante de pulmón para ayudar a mejorar su calidad de vida y, con suerte, prolongarla.

El camino de la recuperación

"Me hicieron el trasplante hace cinco años", afirma Aaron. "Fue el 2 de mayo. El equipo de trasplantes (del Instituto Torácico Norton) del Hospital St. Joseph de Phoenix, que es el mejor del país, dice que fui el paciente que más rápido se ha despertado, que más rápido ha andado y que más rápido me han dado el alta después de un trasplante."

Aaron Carroll junto a la cama del hospital tras la operación

En la foto: Aaron Carroll tras su doble trasplante de pulmón en mayo de 2017.

Los nuevos pulmones de Aaron, o como él los llama, "pulmones de segunda mano", están ahora libres de fibrosis quística aunque el resto de su cuerpo aún la alberga. Poco después de la operación, él y Tessia celebraron el nacimiento de su segundo hijo.

"Recibir el trasplante y poder tener a mi hijo pequeño fue como un milagro", expresa Aaron con gran emoción. "Me puse en contacto con la familia donante porque quería decirles que no sólo me salvaron la vida, sino que crearon otra con el regalo que me hicieron".

Aaron recibe el regalo del aire limpio

Además de todas sus otras luchas médicas, Aaron tiene "unas alergias realmente terribles". Un amigo de su comunidad online le regaló un purificador de aire de sobremesa Atem de IQAir para ayudar a reducir las reacciones alérgicas de Aaron.

"Inmediatamente noté menos problemas de alergia", recuerda.

Poco después, adquirió el purificador de aire de gama alta de IQAir, el HealthPro Plus.

Aaron informa que después de cada visita a la clínica de trasplantes desde que recibió sus sistemas IQAir, sus médicos notaron un pronunciado aumento de la función pulmonar.

"Es absolutamente increíble", revela Aaron, y añade: "Es una bendición. Pude poner mi unidad de escritorio Atem junto a mi cama, así que cuando duermo me sopla justo encima. Y tenemos la unidad grande en el salón".

El viaje continúa

Los médicos de Aaron se maravillaron de su capacidad de recuperación. De cara al futuro, el equipo médico lo ha identificado como un candidato idóneo para un segundo trasplante cuando llegue el momento, ya que su función pulmonar ha mostrado una gran mejoría y sigue sus indicaciones "al pie de la letra", lo que ayuda a garantizar resultados positivos.

"Estoy muy agradecido a usted y a su empresa. Mi médico me dijo que no hay muchos pacientes trasplantados a los cinco años cuya función pulmonar siga aumentando. Creo que eso se debe en gran parte a IQAir".

Hacia el futuro

Cuando era joven, a Aaron le dijeron que los enfermos de fibrosis quística no solían vivir más de 18 años. Ahora tiene 39 años y sigue avanzando.

"Me encanta mi vida. No tengo palabras para agradecerles todo lo que han hecho por mí".

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