Sadiq Khan, alcalde de Londres, anunció en abril de 2019 que los conductores de los "coches más contaminantes" tendrían que empezar a pagar una tasa por circular por la ciudad.
La tasa afecta a todos los coches diésel de más de 4 años y a los de gasolina de más de 13 años. Aproximadamente 150.000 propietarios de vehículos se verán afectados por la nueva ley, que les obligará a pagar una tasa diaria o a cambiar a vehículos más respetuosos con el medio ambiente.1
¿Cómo funcionan estas tasas?
La tasa oscila entre 3 y 12,50 libras al día, en función de la antigüedad y la clasificación del vehículo.
Esta tasa se añade a las tasas por congestión existentes, pero sustituirá a la anterior tasa por toxicidad, en virtud de la cual los conductores de vehículos diésel y de gasolina anteriores a 2006 debían pagar 10 libras al entrar en Londres en hora punta.
Estas zonas de emisiones ultrabajas (ULEZ), áreas en las que se imponen estas normas, abarcan actualmente el centro de Londres y se ampliarán más adelante a los municipios circundantes.
Además, los servicios de transporte compartido como Uber no se libran: también tendrán que hacer frente a la tasa. Antes de que se impusieran las tasas, Uber anunció que tenía previsto ampliar su flota de coches eléctricos para combatir la contaminación atmosférica de Londres.
En la actualidad, Uber dispone de más de 100 Nissan Leaf eléctricos en Londres y amplía regularmente su inventario.2
¿Por qué ha impuesto Londres estas tasas a los vehículos contaminantes?
El anuncio se produjo pocos días después de que una investigación de The Guardian y Greenpeace mostrara niveles alarmantes de contaminación atmosférica en todo el Reino Unido.3
La investigación descubrió que más de 2.000 escuelas y guarderías situadas cerca de carreteras superan el límite legal de la UE de contaminación por dióxido de nitrógeno de 40 micras por metro cúbico (µg/m3), lo que expone a 47.000 bebés y niños a cantidades insalubres de contaminación atmosférica.
¿Qué significa esto para la calidad del aire en el Reino Unido?
Y la contaminación atmosférica no sólo afecta a Londres, sino que es un problema nacional que afecta a todo el Reino Unido. Birmingham, situada en la región británica de West Midlands, es una de las zonas más peligrosas por la presencia de dióxido de nitrógeno, sólo superada por Londres.4
El alcalde de Londres, Khan, ha hecho del aire más limpio para Londres una clara prioridad, alegando que la contaminación atmosférica se cobra 9.000 vidas al año en Londres. Esta última medida sigue al anuncio de Khan el año pasado de convertir Oxford Street en una zona peatonal sin vehículos.
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