El estrés de los padres, combinado con la exposición a la contaminación relacionada con el tráfico, es un cóctel tóxico que aumenta la probabilidad de que los niños desarrollen asma.

La Universidad del Sur de California (USC) realizó un seguimiento de 2.497 niños sin antecedentes de problemas respiratorios y examinó si desarrollaban o no asma en la guardería o en el primer curso.

Descubrieron que el estrés de los padres por sí solo no aumentaba la probabilidad de que los niños desarrollaran asma, pero en presencia de la contaminación del tráfico cercano los índices de asma de los niños aumentaban a un nivel superior que el de los niños expuestos sólo a la contaminación.

"La contaminación atmosférica puede promover respuestas inflamatorias en las vías respiratorias del pulmón, que es una característica central del asma", afirma Rob McConnell, investigador principal de la USC, en una publicación de la universidad. "El estrés también puede tener efectos proinflamatorios y esto puede ayudar a explicar por qué las dos exposiciones juntas fueron importantes".

El estudio fue realizado por la Facultad de Medicina Keck de la USC y se publicará en el próximo número de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Para leer el informe completo, visitehttp://uscnews.usc.edu/health/stress_and_pollution_up_risk_for_children.html.