Los Juegos Olímpicos de verano de 2016 en Río de Janeiro (Brasil) han vuelto a centrar la atención mundial en el posible impacto de la mala calidad del aire en el rendimiento deportivo. Así ocurrió también en los anteriores Juegos Olímpicos de Londres y Pekín.

En Brasil, el mayor problema de contaminación atmosférica es el etanol. El etanol representa alrededor del 40% de todo el combustible que queman los automóviles en Brasil. Como consecuencia, Río, al igual que otras ciudades brasileñas, sufre niveles insalubres de contaminación atmosférica por ozono debido a la combustión de etanol. En algunos barrios de Río, los niveles de ozono son saludables sólo uno de cada cinco días. Y los niveles de ozono en verano son los más altos de todos. Esto preocupa a los atletas.

Preocupación por el rendimiento

Los científicos saben desde hace años que la contaminación atmosférica puede reducir el rendimiento deportivo e incluso poner en peligro la salud de los deportistas. Una razón importante es que, durante el entrenamiento, los atletas suelen aspirar hasta 20 veces más aire que una persona en reposo. Eso significa que también están expuestos a 20 veces más contaminantes.

Varios estudios controlados realizados con deportistas han demostrado que el ejercicio físico con niveles elevados de dióxido de azufre y ozono -componentes principales de la contaminación atmosférica- puede provocar una constricción de las vías respiratorias pulmonares. Esto repercute directamente en el rendimiento deportivo.

Un estudio sobre la contaminación atmosférica y el rendimiento en maratones concluyó que cada aumento de 10 mg por metro cúbico de contaminación atmosférica PM10 puede disminuir el rendimiento en maratones en un 1,4%. En situaciones como las pruebas olímpicas, en las que la victoria se mide en milisegundos y milímetros, la contaminación atmosférica puede determinar en última instancia quién gana o pierde, así como si se establecen o no récords.

Preocupación por la salud

Aunque el efecto de la contaminación atmosférica en el rendimiento atlético es preocupante, el impacto de la contaminación atmosférica en la salud a corto y largo plazo de los atletas puede ser un problema aún mayor. Una de las preocupaciones es que los atletas de resistencia de élite, especialmente los que se exponen regularmente a contaminantes atmosféricos, corren el riesgo de desarrollar disfunciones de las vías respiratorias superiores e inferiores.

Los estudios han demostrado que una combinación de deshidratación e inhalación de contaminantes nocivos del aire por parte de los atletas de resistencia puede provocar la aparición de asma. Otro motivo de preocupación es que la exposición a los contaminantes puede provocar hiperreactividad de las vías respiratorias, una afección asociada no sólo al asma, sino también a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

También preocupan las consecuencias a largo plazo de la exposición de los deportistas a la contaminación por partículas. Los estudios demuestran que las personas que viven en zonas con altos niveles de contaminación atmosférica por partículas -en concreto, hollín en suspensión- tienen muchas más probabilidades de morir de infarto. Los médicos especializados en el tratamiento de atletas afirman que esto es preocupante en el caso de los deportistas de resistencia que ingieren dosis muy elevadas de partículas contaminantes mientras entrenan al aire libre.

Medidas que pueden tomar los deportistas

En un mundo perfecto, los deportistas vivirían y entrenarían sólo en zonas geográficas libres de contaminación atmosférica significativa. Pero, en realidad, los deportistas suelen vivir y entrenar cerca de núcleos de población donde la contaminación atmosférica puede poner en peligro su rendimiento y su salud. Y los deportistas de resistencia (por ejemplo, los corredores de fondo y los ciclistas) suelen entrenar cerca o junto a las carreteras, donde los niveles de contaminantes de combustión son más elevados.

Tomando algunas medidas para reducir la inhalación de contaminantes durante el entrenamiento, la recuperación y la competición, los deportistas pueden mejorar su salud y su rendimiento, o al menos reducir el riesgo de exposición a la contaminación. He aquí algunos consejos:

• Opte por entrenamientos a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde. Cuando la contaminación atmosférica, especialmente el ozono, es más elevada, limite los entrenamientos al aire libre (correr, nadar, montar en bicicleta, remar, etc.) a las primeras horas de la mañana o a las últimas de la tarde, cuando los niveles son significativamente más bajos.
• Vigile los niveles de contaminación atmosférica. Esté atento a las alertas locales sobre la calidad del aire, especialmente cuando haga calor. Los deportistas suelen achacar la falta de aire y el bajo rendimiento al calor, cuando en realidad se deben a la elevada contaminación por partículas y ozono.
• Evite las carreteras congestionadas. Esto es especialmente importante para los corredores, que a menudo entrenan junto a carreteras muy transitadas, donde los contaminantes de la combustión son peores. Los niveles de contaminación disminuyen significativamente a sólo unos cientos de metros de una carretera congestionada, así que opta por senderos y caminos locales alejados de todo el tráfico.
• Dale un respiro a tus pulmones. Entrene en interiores siempre que sea posible, y entrene en una habitación con un purificador de aire de alto rendimiento siempre que sea posible. Los atletas estadounidenses utilizaron purificadores de aire IQAir tanto en sus habitaciones como en las zonas de entrenamiento en interiores durante los Juegos Olímpicos de Pekín. Un purificador de aire de alto rendimiento en su sala de entrenamiento o en su casa también puede marcar la diferencia para su salud en general.

Los expertos en salud coinciden en que, en general, el ejercicio es bueno para la salud. Pero la contaminación del aire puede convertir algo bueno en malo, sobre todo cuando se entrena al aire libre. Tomando algunas medidas como las anteriores, puede mejorar su rendimiento deportivo y proteger su salud en los años venideros.