Revelar lo invisible: La Fundación MEED, pionera en la lucha por la calidad del aire en Irak

La Fundación MEED, bajo la dirección de su fundador, Amanj Yarwaessi, ha puesto en marcha una iniciativa transformadora para hacer frente a los graves problemas de calidad del aire en Irak. Consciente de su impacto generalizado en la salud, la agricultura y el turismo, la Fundación se propuso poner en marcha un proyecto pionero de control de la contaminación atmosférica.

Una visión nacida de la urgencia

El 2022 Informe sobre la calidad del aire en el mundo clasificó a Irak como el segundo peor país del mundo en cuanto a calidad del aire, con una concentración media de PM2,5 de 80,1 μg/m3. Bagdad fue destacada como la ciudad más contaminada de la región, mostrando un aumento de casi el 75% respecto al año anterior.

Para Yarwaessi, esta noticia sirvió tanto de llamada de atención personal como de catalizador para poner en marcha la iniciativa de la Fundación MEED, que a su vez sirve de poderoso ejemplo de cómo personas y organizaciones decididas pueden afrontar de frente los retos medioambientales, inspirando esfuerzos similares en comunidades de todo el mundo.

Sentar las bases del cambio

Durante décadas, Irak y la región del Kurdistán han sufrido una grave contaminación atmosférica debida a tormentas de polvo, prácticas industriales anticuadas y una gestión de residuos deficiente, lo que ha supuesto una importante carga para el sistema sanitario del país. A pesar de la grave contaminación que inunda diariamente a los residentes, su concienciación ha sido limitada debido a un control inadecuado de la calidad del aire.

Yarwaessi señaló: "Con tan pocos sensores disponibles en Irak y la región del Kurdistán, sabíamos que, como pequeña organización sin ánimo de lucro de reciente creación, ésta era nuestra oportunidad de hacer una contribución significativa."

"Esta era nuestra oportunidad de hacer una contribución significativa".

Construir una red, empoderar a una nación

Inspirados por IQAirLa Fundación MEED, inspirada en el proyecto de vigilancia urbana de Ulán Bator (Mongolia), se dio cuenta de que en Iraq la clave para hacer frente a la mala calidad del aire era recopilar y hacer accesibles datos fiables sobre la calidad del aire. En 2023, lanzaron su proyecto de vigilancia de la calidad del aire en Iraq, al que más tarde se refirieron como "la joya de la corona de la Fundación MEED".

Al inicio del proyecto, Yarwaessi y su equipo tenían una visión específica de lo que necesitaban en un monitor fiable de la calidad del aire: asequibilidad, accesibilidad y sostenibilidad. Esta visión subraya una verdad universal: que un cambio medioambiental impactante suele empezar con soluciones accesibles y sostenibles que pueden adaptarse a las necesidades únicas de cualquier comunidad. El planteamiento de la Fundación MEED puede inspirar a otras regiones que se enfrentan a retos medioambientales a adoptar estrategias similares. Siguiendo esta norma, decidieron elegir IQAirlos monitores de calidad del aire de

MEED se ha comprometido a impulsar la justicia medioambiental en Irak. "IQAir hace especial hincapié en la concienciación pública, poniendo la información sobre la calidad del aire al alcance de cualquier persona interesada", señaló Yarwaessi. "Esta accesibilidad es exactamente lo que necesitamos. El alineamiento de MEED con IQAirha hecho que asociarnos con ellos sea una decisión fácil".

Superar los retos con innovación

Otro reto importante al que se enfrentó la Fundación MEED fue el desconocimiento general de la vigilancia de la calidad del aire en Iraq. El equipo se puso en contacto con algunas empresas y organizaciones que podían ayudar a desplegar y mantener los monitores de aire, pero pocas estaban plenamente preparadas para el compromiso a largo plazo que exigía el proyecto.

El momento decisivo se produjo cuando la Fundación MEED presentó la idea del proyecto a dos entidades socialmente responsables: iQ Networks y Organización Civil para el Desarrollo. Ambas se alinearon inmediatamente en temas de salud pública y medio ambiente, concediendo el patrocinio de 30 sensores de calidad del aire en toda la región. Con el firme compromiso de ambos socios en cuanto a la infraestructura necesaria y el apoyo técnico de primera categoría, se garantizó la sostenibilidad del funcionamiento del proyecto.

Figura 1 Ingenieros de iQ Networks instalando el AirVisual Outdoor

Crecimiento rápido, impacto duradero

En sólo seis meses, la Fundación MEED ha creado 30 estaciones en todo el país, responsables de más del 80% de las estaciones terrestres que informan en tiempo real sobre la calidad del aire. Estos sensores cubren ahora un área de 17.000 kilómetros cuadrados, transformando Irak de una región carente de sensores a otra con una cobertura completa. Esta rápida transformación demuestra cómo los esfuerzos dedicados, apoyados por las herramientas y asociaciones adecuadas, pueden conducir rápidamente a mejoras significativas. Es un recordatorio de que incluso los retos medioambientales más desalentadores pueden abordarse con soluciones innovadoras e impulsadas por la comunidad, ofreciendo un modelo para otras regiones de todo el mundo.

Iluminando la salud medioambiental

Las dudas iniciales sobre el valor y las expectativas del proyecto se disiparon rápidamente al suscitar un amplio debate. En particular, los esfuerzos de la Fundación han suscitado un diálogo nacional sobre la salud ambiental. Yarwaessi observó una creciente concienciación pública sobre la calidad del aire, y el proyecto de la Fundación MEED se convirtió en la comidilla de la ciudad.

Figura 2 Anuncio de la Red de Calidad del Aire en la 1ª Conferencia MEED y en Kurdsat News

Reflexionando sobre el impacto del proyecto, Yarwaessi lo describió "como vivir en una habitación a oscuras y que de repente alguien encendiera las luces".

"Ha sido como vivir en un cuarto oscuro-y de repente alguien encendiera las luces".

Yarwaessi y su equipo estaban preparados para una respuesta globalmente positiva y se vieron gratamente sorprendidos por la atención adicional de las instituciones educativas. En un acto celebrado en la Universidad de Sulaymaniyah, la red de calidad del aire de la Fundación MEED suscitó un gran interés académico. "La transparencia de los datos que aporta es como un oasis en esta tierra antes árida de la investigación medioambiental", comentó Yarwaessi con orgullo.

Figura 3 Mesa redonda en la Universidad de Sulaymaniyah

Mirando al futuro: Un plan para el cambio global

A los iraquíes aún les queda mucho camino por recorrer, y Yarwaessi tiene planes que van más allá de sus logros actuales. Con estrategias para ampliar la red por todo Irak, la Fundación MEED está preparada para dar pasos aún mayores. Su labor en curso no sólo promete aportar mejoras continuas a Irak, sino que también sirve de inspiración para iniciativas similares en todo el mundo. Mientras comunidades de todo el mundo se enfrentan a sus propios retos medioambientales, la trayectoria de la Fundación MEED ilustra cómo el liderazgo visionario y los esfuerzos de colaboración pueden allanar el camino hacia el desarrollo sostenible y un futuro más saludable.

"Como ahora se nos reconoce como expertos en la instalación, el funcionamiento y el mantenimiento de sensores de calidad del aire, las autoridades de Bagdad también están mostrando interés y quieren colaborar con nosotros", declaró Yarwaessi, señalando que su progreso es constante y metódico, con el objetivo de crear mejoras tangibles en el medio ambiente y la salud pública en Irak. Yarwaessi confía en que la trayectoria de la Fundación MEED sea un poderoso testimonio del impacto de las iniciativas impulsadas por la comunidad y del papel fundamental del desarrollo sostenible en la creación de un futuro más sano para Irak. A medida que otras comunidades de todo el mundo tratan de resolver sus propios problemas medioambientales, el éxito de la Fundación MEED ofrece un modelo convincente de cómo los esfuerzos locales pueden impulsar el cambio global.

Lo que hay que saber

El trabajo de la Fundación MEED en Irak demuestra que incluso los problemas medioambientales más acuciantes pueden abordarse mediante la acción local. Con la creación de una amplia red de control de la calidad del aire, Amanj Yarwaessi y su equipo no sólo han mejorado la salud pública en Iraq, sino que han creado un modelo que puede inspirar iniciativas similares en todo el mundo. Este éxito demuestra que, con la visión y el compromiso adecuados, los esfuerzos localizados pueden impulsar un cambio global significativo, allanando el camino hacia un futuro más sano y sostenible para todos.

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