El humo de segunda mano es un problema de calidad del aire interior peligroso y normalmente evitable. El humo de segunda mano, también conocido como humo de tabaco ambiental, incluye el humo que ha sido exhalado por un fumador (humo principal), así como el humo que entra en el aire directamente de un cigarrillo, cigarro o pipa encendidos (conocido como humo lateral). El humo lateral se considera la forma más peligrosa de humo ajeno, porque contiene la mayor concentración de compuestos tóxicos.
Hay hasta 7.000 sustancias químicas en el humo de segunda mano, cientos de las cuales son tóxicas, como el cianuro de hidrógeno, el monóxido de carbono y el amoníaco. Según el Instituto Nacional del Cáncer, se sabe que al menos 69 sustancias químicas presentes en el humo de segunda mano provocan cáncer. Entre ellas figuran el arsénico, el benceno y el polonio 210, un elemento químico radiactivo.
Efectos del humo ajeno sobre la salud
Los resultados de respirar humo de segunda mano son angustiosos. Cada año, el humo de segunda mano causa más de 3.000 muertes de estadounidenses por cáncer de pulmón y más de 46.000 muertes por enfermedades cardiacas. Hasta 300.000 niños menores de 18 meses son diagnosticados de infecciones de las vías respiratorias inferiores en EE.UU. cada año como consecuencia del humo de segunda mano.
El humo de segunda mano también está relacionado con la leucemia infantil y los cánceres de laringe, garganta, cerebro, vejiga, recto, estómago y mama. Provoca bronquitis y neumonía. El humo de segunda mano desencadena episodios de asma y aumenta la gravedad de sus síntomas, especialmente entre los niños. Un estudio publicado en 2013 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades mostró una asociación entre la exposición de los niños al humo de segunda mano y las faltas al colegio, las visitas al médico y las limitaciones de actividad debido a las sibilancias, incluso a niveles de exposición muy bajos.
No existe un nivel seguro de exposición
Según la Clínica Cleveland, las partículas de humo ajeno permanecen en el aire interior hasta cuatro horas. Una investigación realizada en la Universidad de Cornell demostró que, incluso a los niveles más bajos posibles de exposición detectable al humo de segunda mano, se producen daños genéticos en las células que recubren las vías respiratorias. El daño a estas células conduce a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y al cáncer broncogénico. El Cirujano General de EE.UU. y la Sociedad Americana del Cáncer coinciden en que no existe un nivel de exposición al humo de tabaco ajeno que no entrañe riesgos.
Estrategias para hacer frente al humo de segunda mano
Los estudios han demostrado que un purificador de aire HEPA puede reducir la frecuencia y gravedad de los síntomas de asma asociados al humo de segunda mano. En los casos en los que no se pueda eliminar el tabaquismo en interiores, se recomienda un purificador de aire de alto rendimiento como el IQAir GC MultiGas, ya que ayuda a controlar tanto los productos químicos gaseosos como las partículas.
La estrategia más eficaz para eliminar los peligros del humo de segunda mano es eliminar por completo el hábito de fumar dentro del hogar. La Asociación Americana del Pulmón ofrece este consejo Establezca una política antitabaco en su hogar y no permita que nadie fume en el interior en ningún momento.
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